Protege. Forma un escudo contra la negatividad. Piedra del psicólogo/paciente. Nos enfrenta con el subconsciente, poniéndonos en contacto con nuestras experiencias más profundas y negativas, absorbiéndolas, para luego expulsarlas a través de los cuerpos sutiles. Aporta instinto e intuición. Realización del ego. Nos impulsa a crecer. Nos enfrenta con nuestros miedos. Atrae las fuerzas espirituales hacia el cuerpo para que obedezcan al control activo de la conciencia. Traumas en esta vida o en vidas pasadas. Para terapeutas: detecta el problema y limpia las energías liberadas. Enfermedades autoinmunes. Purifica la sangre. Reequilibra estómago e intestinos. Digestión. Artritis. Articulaciones. Liberación de viejos amores. Calambres. Lesiones. Shock. Usarla con cuidado bajo la supervisión de un terapeuta.