Equilibrador emocional. Enseña la verdadera esencia del amor por sí mismo y por los demás. Da calma y seguridad. Insomnio. Atrae el amor. Crisis de lo “50”. Autorrealización. Paz interior y felicidad. Ayuda a cerrar heridas sentimentales y a mitigar el dolor por la pérdida o alejamiento de los seres amados. Aumenta la autoestima. Ayuda a superar traumas de la infancia, desamor y abandonos. Suaviza el carácter. Potencia las afirmaciones positivas. Penetra en el corazón y pone de manifiesto los traumas emotivos, incluso los antiguos, aliviándolos. Ayuda a comprender y a perdonar a los demás y a nosotros mismos. Reduce las tensiones, el estrés, los sentimientos de rabia y los celos. Libera las penas. Estimula la capacidad de amar y ser amado, lleva el equilibrio a la falta de armonía emotiva y sexual. Sistema circulatorio. Hipertensión. Corazón. Huesos. Sana los riñones. Vértigo. Alzheimer. Parkinson. Demencia senil. Aumenta la fertilidad. Chakra: 4º.